Este texto es una transcripción, resumida y editada, del episodio 13 del podcast «Descifrando China». Hablamos con Luis Pinheiro de Matos, economista de CaixaBank Research, sobre las turbulencias que atraviesa la economía china.
Cambio de marcha
Pregunta: Cuando empezó 2023 y China retiró sus políticas de contención contra el COVID, había ciertas expectativas de que su economía rebotaría hacia arriba. El resto del mundo ya veía el COVID por el retrovisor y uno de sus principales motores económicos volvería al fin a ponerse en marcha. Sin embargo, a mediados de año los datos indicaban que este motor más o menos estaba gripado. Antes de entrar en cuestiones específicas: ¿Qué está pasando en líneas generales con la economía china?
Respuesta: Diría que el motor está cambiando de marcha. Después de años de un crecimiento de dos dígitos, este cambio es un desarrollo natural. Es importante recordar que la historia económica reciente de China en las últimas dos décadas ha sido extraordinaria. Para poner esto en contexto, en 1990, China representaba menos del 5% del Producto Interno Bruto mundial. En la actualidad, su participación se acerca al 20%. El PIB per cápita en los años 90 era inferior a mil dólares, una cifra significativamente menor que la de otras grandes economías emergentes. En la actualidad, supera los 20,000 dólares en términos de paridad de poder adquisitivo, lo que está muy por encima de países como India, Sudáfrica, Indonesia y Brasil, entre otros.
Un dato interesante, aunque lo califico como «detalle» entre comillas, es que a principios de los años 90, más del 90% de la población china vivía en condiciones de pobreza extrema. En 2021, esta cifra se redujo al 3%. Por lo tanto, la actual desaceleración debe ser vista en este contexto, como parte de un proceso de mediano plazo de reducción de la tasa de crecimiento económico.
Justo antes de la pandemia, en 2019, China experimentó un crecimiento del 6%, en comparación con los años previos de crecimiento de casi el 10%. Para encontrar tasas de crecimiento superiores al 8%, debemos remontarnos casi una década, hasta 2011, con la excepción del año de la pandemia en 2021, cuando China creció casi un 9%. Incluso en 2020 y 2022, logró mantener un crecimiento, a pesar de las difíciles condiciones económicas globales. Aunque un crecimiento del 2 o 3% podría parecer bajo para China, es importante destacar que logró mantenerse en crecimiento durante uno o dos años de pandemia, a pesar de las consecuencias devastadoras para la economía mundial.
La actual desaceleración debe verse como parte de un proceso de reducción de la tasa de crecimiento
Luis Pinheiro de Matos, economista en CaixaBank Research
Es relevante recordar dos factores clave a corto plazo durante la pandemia en China. En primer lugar, las estrictas políticas COVID Cero, que incluyeron encierros severos en varias ciudades chinas en 2020, 2021 y 2022, con cierres forzosos y restricciones prolongadas en comparación con el resto del mundo. Estas restricciones no se levantaron completamente hasta finales de 2022, lo que sorprendió a muchos observadores internacionales.
El segundo factor a destacar a corto plazo durante la pandemia fue el comportamiento de las exportaciones chinas, que en 2022 superaron en un 40% a las cifras de 2019, a pesar de las dificultades internas.
En 2023, estamos presenciando dos procesos de reequilibrio simultáneos. El primero es a mediano y largo plazo, que mencioné anteriormente, relacionado con la transformación estructural de la economía china y su modelo de crecimiento. El segundo se refiere a cambios a corto plazo. Las exportaciones chinas hacia el mundo están aproximadamente un 9% por debajo de las cifras del año anterior, impulsadas tanto por la desaceleración de la demanda global como por un cambio hacia los servicios, lo que reduce la importación de bienes chinos.
Además, a estos factores se suma la crisis en el sector inmobiliario, que lleva tres años en curso y ejerce presión sobre las perspectivas macroeconómicas a corto y mediano plazo.
Para concluir con una nota optimista, en las últimas semanas se han reportado datos de actividad para el mes de agosto que superaron las expectativas, tanto en la producción como en el consumo interno y externo. A pesar de que las exportaciones tuvieron un desempeño negativo, superaron las previsiones. Además, el gobierno chino ha anunciado recientemente medidas significativas en el sector inmobiliario, lo que indica un esfuerzo por abordar los desafíos económicos actuales. Con la información disponible en este momento, es plausible que China alcance un crecimiento del 5% este año, un objetivo que el gobierno oficialmente ha establecido, y quizás incluso lo supere ligeramente.
El despegue del consumo
Pregunta: Se esperaba que el consumo interno chino se disparara tras el COVID. La idea a grandes rasgos sería que los consumidores chinos, tras años constreñidos por las políticas de cero COVID y con ahorros acumulados, se entregarían a una espiral de gasto una vez que se eliminaran estas restricciones. Nos encontramos con que esto, de momento, al menos de momento, todavía no ha ocurrido. Una inflación bajo mínimos y que incluso en julio tocó terreno negativo. ¿Crees que había expectativas infundadas? ¿Crees que habría fallado algo?
Respuesta: Esta cuestión reviste una gran importancia en el contexto chino. Es necesario contextualizarla una vez más en ese marco. Anteriormente mencionamos los logros recientes de China, con décadas de crecimiento sostenido de dos dígitos que han mejorado la calidad de vida de cientos de millones de personas. Este logro es notable. Al mismo tiempo, China se ha transformado en las últimas décadas en el principal exportador de bienes a nivel mundial. No obstante, el modelo de desarrollo chino, arraigado en factores como la fortaleza de su sector externo y la rápida acumulación de capital, ha generado desequilibrios significativos. Estos desequilibrios comenzaron a manifestarse no solo durante la pandemia en 2023, sino incluso antes.
El elevado nivel de inversión y ahorro ha resultado en una rápida acumulación de deuda y rendimientos decrecientes en las inversiones. Además, ha conducido a un bajo nivel de consumo, una característica histórica de la economía china entre las economías emergentes. Este fenómeno se ha intensificado con el tiempo y ha generado preocupaciones en las autoridades chinas, no solo en 2023, sino también en años previos.
El bajo nivel de consumo es una característica histórica china entre las economías emergentes
Luis Pinheiro de Matos, economista en CaixaBank Research
Cambiar este modelo es complicado debido a diversos factores subyacentes. Por ejemplo, el alcance limitado del sistema de bienestar social en China, que se refleja en el bajo porcentaje del PIB destinado a ingresos tributarios (inferior al 20%), en comparación con el promedio de más del 30% en países de la OCDE y en muchas naciones europeas. Esto deja a una gran parte de la población china sin una red de protección social que incluya atención médica, prestaciones sociales, subsidios por desempleo o pensiones, lo que contribuye a la alta tasa de ahorro en el país.
Históricamente, el consumo representa aproximadamente el 65% del PIB en economías emergentes, mientras que en economías avanzadas podría superar el 70-75%. Los mismos factores que han impulsado el rápido crecimiento económico de China hasta la fecha, hasta aproximadamente 2019, incluyendo altos niveles de ahorro, inversión elevada y bajo consumo, están actualmente obstaculizando el dinamismo de la economía china.
Además de estos aspectos, se suma el sistema de registro de ciudadanos, conocido como «hukou», que establece una división de derechos sociales entre la población rural, en muchas ocasiones compuesta por migrantes rurales, y las poblaciones urbanas establecidas. Este sistema afecta al acceso a una amplia gama de servicios sociales en zonas urbanas, como atención médica, educación pública, pensiones y acceso a préstamos bancarios, como hipotecas.
En resumen, mientras que en otros países, tanto avanzados como emergentes, se esperaría que el ahorro acumulado durante el período de restricciones pandémicas se tradujera en un aumento del gasto una vez superadas las principales restricciones al consumo, en el caso de China, esto no ha ocurrido en la misma medida. Aunque se ha observado una recuperación en el sector de servicios en el primer trimestre, no se ha alcanzado el mismo nivel de recuperación que en Estados Unidos y otras economías avanzadas. Además de los factores estructurales mencionados previamente en la economía china, la falta de confianza en la economía, tanto por parte de los consumidores como de los inversionistas, está afectando negativamente las perspectivas de consumo y el crecimiento económico, en parte debido a la crisis en el sector inmobiliario.
Protección social
Pregunta: Aludías a una cuestión que me parece interesante, que es la relativa debilidad de la red de servicios sociales de China. Leemos en muchos análisis que el gobierno chino sería un tanto reacio a fortalecer esta red por miedo a incentivar lo que en inglés se conoce como welfarism. ¿Crees que esto es así?
Respuesta: Sería interesante considerar esta cuestión en el contexto de un gobierno comunista, específicamente en el marco del comunismo chino, que en los últimos años ha estado bajo el liderazgo del Presidente Xi Jinping. Históricamente, China ha mostrado escepticismo en lo que respecta a lo que podríamos denominar welfarism o políticas de bienestar social, aunque la traducción exacta al castellano pueda ser objeto de debate.
Bajo Xi Jinping, China ha mostrado más atención a la reforma de su red de protección social
Luis Pinheiro de Matos, economista en CaixaBank Research
Este bajo nivel de consumo también está arraigado en la falta de una red de protección social sólida. Creo que revertir esta situación será un desafío considerable. Sin embargo, es importante señalar que bajo la dirección de Xi Jinping, China ha mostrado una mayor atención a la creación y reforma de su red de protección social. Se están implementando reformas significativas a nivel local, particularmente en relación con el sistema de registro de residencia, que desempeña un papel crucial en la determinación de los derechos sociales de los ciudadanos urbanos.
Históricamente, este sistema ha creado una división entre los ciudadanos urbanos que disfrutan de derechos sociales relativamente significativos y una gran masa de población no urbana que ha migrado a las áreas urbanas sin acceso a esos mismos derechos. Aunque es improbable que veamos cambios drásticos en el corto plazo, es posible que a lo largo de la próxima década se produzcan transformaciones significativas en este aspecto, especialmente a nivel local en diferentes ciudades chinas.
Problemas con las exportaciones
Pregunta: Aludías en tu primera respuesta también a las turbulencias en el sector de las exportaciones, que ha sido en gran medida el músculo de la economía china durante las últimas décadas. El dato del mes de agosto es que las exportaciones cayeron casi un 9% con respecto al mismo mes del año anterior, que es un dato negativo, pero también hay que decir que mejor que el del mes de julio, cuando la caída interanual había sido del 14,5%. Lo vinculabas o aludías a una caída en la demanda global de bienes, pero en un momento en el que se habla más que nunca de conceptos como re-shoring o de-risking, que tienen que ver con la economía, pero también con consideraciones geopolíticas. ¿Crees que China seguirá manteniendo su posición como gran proveedor global de bienes a medio plazo?
Respuesta: China continuará desempeñando un papel fundamental como un importante proveedor global de bienes. No obstante, es prudente matizar esta afirmación en función de los recientes datos de exportación y las tendencias emergentes en la fragmentación de la economía global. Estas tendencias, aunque aún en desarrollo y sujetas a cambios, han destacado la creciente importancia de China en las cadenas de valor globales.
En 2021, China superó por primera vez los 3 billones de dólares en exportaciones de bienes. Este aumento no solo refleja la posición de China como un gigante exportador, sino también su creciente relevancia para sus socios comerciales, como la Unión Europea y varios países asiáticos. Por ejemplo, alrededor de un cuarto de las exportaciones de Corea del Sur tienen a China como destino, y un quinto de las exportaciones de Japón también se dirigen hacia el mercado chino.
Una tendencia importante de las últimas dos décadas ha sido la creciente centralidad de China en las cadenas de valor asiáticas, a menudo superando a Japón como el principal proveedor de bienes en la región. Además, a nivel mundial, China se ha convertido en el principal origen de importaciones para la Unión Europea, representando aproximadamente el 20% de las importaciones brutas totales en 2020, un año que estuvo marcado por la pandemia. En Estados Unidos, esta cifra fue del 12%, aunque hace dos décadas era apenas un 6% de las importaciones europeas.
Sin embargo, es importante destacar que, si observamos los datos de valor añadido, es decir, el porcentaje del valor total en Europa que proviene de China, este representa aproximadamente el 2% de la demanda final europea. Aunque este porcentaje es similar al de Estados Unidos, es inferior a países como Japón o India, que tienen cadenas de valor más integradas con China.
En sectores como la electrónica o el textil, la dependencia de China puede alcanzar casi el 20%
Luis Pinheiro de Matos, economista en CaixaBank Research
Es fundamental comprender que, incluso con un porcentaje aparentemente bajo como el 2%, la integración económica entre Europa y China es considerable. En sectores específicos, como la electrónica y el textil, la dependencia de China puede alcanzar casi el 20%. Esta interdependencia es una realidad en la que la Unión Europea no está sola, ya que Estados Unidos también enfrenta un alto grado de dependencia en ciertos sectores.
La posibilidad de que China pierda su papel dominante en la economía global es remota, incluso considerando las tendencias actuales de «re-shoring» y «de-risking«. La complejidad de las cadenas de valor y la magnitud de la economía china hacen que sea difícil encontrar alternativas viables, especialmente en áreas críticas como la industria automotriz y la tecnología.
Si bien es cierto que las tendencias de «de-risking» y «re-shoring» pueden cambiar el patrón del comercio internacional, es probable que China mantenga una posición dominante en muchos mercados debido a su capacidad exportadora y dimensión económica. A pesar de que países de Asia, como Vietnam, Tailandia, Malasia, e incluso India, se beneficien de estas tendencias, China probablemente mantendrá su posición predominante. Sin embargo, es importante señalar que las tensiones geopolíticas podrían dar lugar a cambios significativos en esta dinámica, aunque resulta difícil prever escenarios específicos en ese sentido.
Desempleo juvenil
Pregunta: El pasado mes de agosto el gobierno chino decidió dejar de publicar, al menos de momento, los datos de desempleo juvenil para reconsiderar los parámetros de cálculo, o esa fue la razón que esgrimió. En junio la tasa de desempleo urbana de personas de entre 16 y 24 años había tocado un pico histórico del 20%. ¿Qué panorama se están encontrando los jóvenes chinos que quieren incorporarse al mercado laboral en estos momentos?
Respuesta: Es una pregunta sumamente relevante, ya que los datos actuales generan preocupación por sí mismos. Una alta tasa de desempleo juvenil es motivo de inquietud, independientemente de si se presenta en China, España o cualquier otro país. Sin embargo, también es motivo de preocupación que se haya dejado de publicar esta información, junto con otros indicadores valiosos, como los niveles de confianza del consumidor.
Es innegable que el panorama para los jóvenes chinos ha experimentado cambios significativos en los últimos años. China, bajo el liderazgo del Presidente Xi Jinping, ha adoptado una perspectiva más enfocada en su seguridad interna y ha implementado medidas de seguridad más estrictas, incluida la vigilancia de los ciudadanos y políticas como la estrategia COVID Cero. Estas medidas reflejan la creciente preocupación por la seguridad en diversos aspectos, como la seguridad de los ciudadanos, la del Partido Comunista Chino, la salud pública y la seguridad económica.
La desigualdad no se limita al terreno económico
Luis Pinheiro de Matos, economista en CaixaBank Research
Este entorno representa un desafío particular para los jóvenes chinos que ingresan o salen de la universidad. Además de la preocupación por la seguridad interna, existe una creciente atención oficial en la llamada «prosperidad compartida». Aunque es una preocupación legítima, ya que China ha reducido significativamente la pobreza, también ha experimentado un aumento en los niveles de desigualdad en los últimos años. La desigualdad no se limita solo a la economía, sino que también abarca aspectos como el sistema hukou y el acceso a la vivienda.
Esta agenda de prosperidad compartida ha llevado a una mayor regulación y supervisión en varios sectores económicos dinámicos, incluidas las empresas tecnológicas de gran envergadura, entre otros. Además, las tensiones geopolíticas globales, como las restricciones a la exportación de chips y el caso Huawei, también han afectado a China y su economía. Empresas multinacionales como Apple, que están profundamente integradas en la cadena de valor china, también han experimentado preocupaciones en este sentido.
Sin embargo, es importante recordar que estamos hablando de China, que tiene un excepcionalismo propio. Uno de los aspectos más alentadores es el alto nivel de capital humano y calificaciones de los jóvenes chinos. Está surgiendo una generación de jóvenes que han estudiado en las mejores universidades de China, que compiten con las mejores del mundo y que, en muchos casos, han regresado al país después de estudiar en el extranjero.
Este capital humano de alta calidad podría ser una fuente de optimismo para la economía china. Podría desempeñar un papel clave en la transformación del modelo económico del país, alejándolo de la «trampa de la renta media» y hacia un enfoque más orientado a la innovación y al desarrollo tecnológico. Aunque este cambio no es nuevo para China, ejemplos recientes de éxito en sectores como las baterías y la industria automotriz muestran que es posible. En consecuencia, esta generación de jóvenes podría contribuir a nuevas historias de éxito en la economía china, y esperamos que así sea.
Crisis inmobiliaria
Pregunta: Hablemos del sector inmobiliario. A los problemas de la promotora Evergrande, que son conocidos desde hace años, se suman los de su competidora Country Garden, la mayor promotora del país, que en agosto anunció que espera pérdidas históricas. Son problemas que están íntimamente ligados a las finanzas de los gobiernos locales, que durante años han dependido de operaciones inmobiliarias para cuadrar sus cuentas. ¿Crees que llegará el tan temido estallido de una burbuja china o que todavía estamos en un escenario en el que podemos esperar un aterrizaje suave?
Respuesta: Mantener la idea de que, en el momento actual, a pesar de entrar en el tercer año de corrección en el mercado inmobiliario, es posible esperar un aterrizaje más suave es una perspectiva válida. Un ejemplo ilustrativo es el caso de Country Garden. A mediados de agosto, hubo un episodio de impago de su deuda, pero al final, a principios de septiembre, pudo pagar su deuda y evitar entrar en default oficial. Esto es una señal positiva para el sector inmobiliario.
En los últimos meses, hemos observado sorpresas, especialmente en el sector inmobiliario, que no se esperaban con tanta dificultad para superar esta crisis. A pesar de que el gobierno chino ya había relajado algunas regulaciones y anunciado nuevas medidas a fines de 2022 después del Congreso del Partido Comunista Chino, todavía no podemos descartar la posibilidad de un aterrizaje forzoso en 2023.
No podemos descartar la posibilidad de un aterrizaje forzoso del sector inmobiliario
Luis Pinheiro de Matos, economista en CaixaBank Research
Hemos visto una disminución significativa en las transacciones de viviendas, que están casi a la mitad del promedio histórico. Además, la construcción de nuevas viviendas ha caído al 50% o incluso por debajo del promedio prepandémico, especialmente en comparación con el pico alcanzado en 2020 y 2021. Estos datos son preocupantes, dado que el sector inmobiliario representa una fracción importante de la economía china, aproximadamente un cuarto de la economía según algunas estimaciones, si se incluyen los bienes y servicios relacionados con la compra de viviendas.
A pesar de estas dificultades, aún no hemos visto grandes correcciones de precios, aunque esto varía según las ciudades. Las ciudades de Tier 1 han experimentado aumentos de precios, aunque con diferencias entre ellas. Por otro lado, las demás ciudades principales en China han experimentado una corrección de precios limitada. Aunque los precios no han vuelto a los niveles anteriores a 2021, la corrección no ha sido extremadamente brusca.
La clave en el sector inmobiliario radica en la efectividad de las medidas implementadas. El gobierno chino ha relajado los requisitos de pago inicial para comprar viviendas y ha ajustado las reglas para ser considerado como un «primer comprador». También ha alentado a los bancos a reducir las tasas hipotecarias, incluso para las hipotecas existentes. Estos cambios regulatorios, que en realidad no son menores, podrían estimular la demanda y ayudar a la recuperación del sector inmobiliario.
Sin embargo, existe un cambio estructural en curso en el sector inmobiliario chino, lo que significa que no se espera una contribución positiva del sector al crecimiento de China en los próximos años. Varios factores, como la demografía y la tasa de urbanización, sugieren que el sector enfrenta desafíos a medio plazo. Resolver estos desafíos requerirá cambios profundos en la financiación de las administraciones locales y un cambio en la percepción de las viviendas como una inversión especulativa hacia su función principal como vivienda.
A pesar de los desafíos, hay razones para mantener un optimismo cauteloso de que China puede evitar una explosión de la burbuja inmobiliaria. Las empresas inmobiliarias estatales han demostrado un desempeño más sólido en comparación con las promotoras privadas en los últimos meses y años, lo que indica que todavía existe demanda por propiedades, aunque la confianza en el mercado es un factor crítico.
Onda expansiva
Pregunta: Si llegara la tan temida gran crisis económica a China: ¿Qué efecto podría tener en el resto del mundo y en concreto en España? ¿Qué tan expuestos estamos a la economía china?
Respuesta: La pregunta sobre las implicaciones de una crisis en China en la economía global es compleja y depende de varios factores. La forma en que una crisis en China podría afectar al resto del mundo depende en gran medida de la naturaleza del shock y de los canales de transmisión.
Por ejemplo, si la crisis se origina en el sector inmobiliario y afecta al sistema bancario chino, podría tener efectos significativos en los mercados financieros globales y en la confianza de los inversores.
El contagio de una crisis china al resto de la economía global dependerá de los canales de impacto. Estos pueden incluir el comercio internacional, los mercados financieros, la confianza empresarial y del consumidor, y otros factores. Por ejemplo, una caída en la demanda china podría afectar a las exportaciones de otros países, especialmente aquellos con una fuerte dependencia de las exportaciones a China.
La exposición directa de una región o país a China se refiere a cuánto exporta a China y cuánto depende de las inversiones chinas. La exposición indirecta se refiere al impacto a través de terceros países o canales financieros. Por ejemplo, aunque la Unión Europea no tiene una exposición directa muy alta a China en términos de exportaciones, podría experimentar un impacto significativo si la demanda global se reduce debido a una desaceleración en China.
Si la demanda global se reduce por una desaceleración en China, las exportaciones de la UE podrían experimentar un impacto significativo
Luis Pinheiro de Matos, economista en CaixaBank Research
La magnitud del impacto en el crecimiento económico de una región o país depende de la gravedad de la crisis china y de su duración. Una ralentización gradual de la economía china podría tener un impacto menor en comparación con una crisis financiera aguda.
En el caso de la Eurozona, menos del 5% de las exportaciones totales van a China, lo que sugiere una exposición directa relativamente baja. Sin embargo, los efectos indirectos a través de otros países de la Eurozona podrían ser más significativos. En el caso de España, el impacto directo de una crisis china sería limitado, pero los efectos indirectos a través de la Eurozona podrían tener un impacto moderado en el crecimiento económico.
En resumen, el impacto de una crisis en China en la economía global es una cuestión compleja y depende de varios factores. Una ralentización gradual de China podría tener efectos moderados en la economía global, con impactos indirectos en las exportaciones y el crecimiento de otros países. Sin embargo, una crisis financiera aguda en China tendría efectos mucho más significativos en los mercados financieros globales y en la confianza económica. La magnitud del impacto dependerá de cómo se gestionen y resuelvan los desafíos económicos en China y de cómo se propaguen a través de los canales de transmisión.