Las redes 5G y la Inteligencia Artificial, dos tecnologías con mucho presente pero también con un gran recorrido a futuro, han sido las protagonistas de la primera sesión del ciclo «China y el Futuro». Este ciclo de encuentros, organizado conjuntamente por la Fundación Consejo España China y la Universidad Politécnica de Madrid, pretende ser un foro de debate sobre el papel de China en tecnologías que marcarán el futuro de la Humanidad.
La primera sesión ha corrido a cargo de dos personas expertas en la materia. El periodista Zígor Aldama, con casi veinte años de experiencia como corresponsal en China, ha entrevistado a Claudio Feijoo, catedrático de la UPM y experto en innovación e impacto socioeconómico de tecnologías emergentes, con foco en China.
5G: un nuevo paradigma con China a la cabeza
El liderazgo de China en redes 5G ha centrado la primera parte del coloquio. Zígor Aldama ha apuntado que, si bien con el 4G ya se vio una mayor competencia de empresas chinas, con el 5G hay un cambio de escenario en el que dichas empresas se ponen en posición de cabeza, lo que hace que el país «esté convencido de que va a tomar el liderazgo de las telecomunicaciones».
Claudio Feijoó ha señalado que el 5G no es sólo velocidad, sino también latencia, lo que «permite que se puedan implementar aplicaciones de misión crítica, con una toma rápida de decisiones». Un ejemplo claro: la conducción autónoma.
El 5G es una cadena de valor muy compleja en la que es necesario combinar soluciones de diferentes suministradores.
Claudio Feijoó, catedrático de la UPM
Con respecto a la posición de China, Feijoó ha subrayado que «nadie tiene una solución completa de 5G», que ha definido como «una cadena de valor muy compleja en la que es necesario combinar soluciones de diferentes suministradores». En este sentido, ha vaticinado que, por esta razón, es imposible que a corto plazo haya un desacoplamiento tecnológico de China: «puedes poner los medios para tener controlados ciertos elementos críticos de los procesos, lo que se denomina Doble Circulación». Sobre esta última cuestión, ha apuntado que es deseable la interdependencia de los actores implicados, porque funciona como «un mecanismo de seguridad». Además, ha abundado en la idea de que cierta fragmentación tecnológica puede ser buena, en tanto se mantenga la conexión, ya que puede llevar a una competencia positiva entre bloques.
El catedrático de la UPM también ha apuntado que las preocupaciones en torno al 5G y sus aplicaciones no se limitan sólo a cuestiones de privacidad, «sino a que la red deje de funcionar en un momento dado. Si del 5G dependen tecnologías críticas y deja de funcionar, tienes un problema». Sin embargo, ha matizado que esta problemática no sólo se da en el 5G, sino en aplicaciones como el GPS.
Inteligencia Artificial: de las aplicaciones concretas a la singularidad
La segunda mitad del coloquio ha estado dedicada a la Inteligencia Artificial, una tecnología íntimamente ligada a la transmisión de grandes cantidades de datos y en la que China también se sitúa ya como país puntero. Según Claudio Feijoó, «es interesante observar cómo China se ha ido posicionando. En potencia de cálculo, lleva casi 10 años liderando todos los rankings de súper ordenadores. En datos siempre se ha mencionado que, al tener un mercado más grandes con unas condiciones particulares de privacidad, puede acumular más datos, pero hay expertos, como Kai Fu Lee, que han llamado la atención sobre el hecho de que todos los datos son iguales, y para entrenar a los algoritmos necesitas datos diferentes».
En China la mano de obra disponible sigue cayendo y la automatización no ha sido capaz de mitigar ese golpe.
Zígor Aldama, periodista
Zígor Aldama ha puesto el acento sobre una cuestión peliaguda y que centra muchos debates sobre Inteligencia Artificial: hasta qué punto las máquinas sustituirán puestos de trabajo, aunque ha recordado que «en China la mano de obra disponible sigue cayendo y la automatización no ha sido capaz de mitigar ese golpe». Feijoó cree que el proceso de mover mano de obra a trabajos con un mayor valor añadido ya ha comenzado en China, y ha destacado la necesidad de que Europa preste atención: «si aciertan, es una buena lección. Si fracasan, no será porque no lo han intentado, y esto también puede ser una lección importante para nosotros.
También ha habido espacio para imaginar mundos futuros: la posibilidad de que se alcance la singularidad tecnológica en la Inteligencia Artificial y de que las máquinas acaben razonando más y mejor que los humanos. Feijoó cree que «esta idea de pasar de una Inteligencia Artificial que hace más eficientes problemas concretos a una general que sepa razonar y, finalmente, a una súper inteligencia está relativamente lejos«, y ha vaticinado que ve más plausible un mundo transhumanístico con elementos biónicos.
El evento ha contado con más de 100 inscritos. En su organización y difusión han colaborado la Red de Investigadores España-China y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología.