El precio de la vivienda en China lleva cayendo varios meses seguidos. Según datos de la Administración Nacional de Estadísticas, el precio medio de las casas en las principales 70 ciudades del país bajó un 1,5 por ciento en septiembre en términos interanuales, el quinto mes consecutivo de caída.
Se trata de una señal preocupante. El sector inmobiliario, durante muchos años uno de los principales motores económicos de China, parece haberse calado. Promociones inmobiliarias sin terminar, compradores que se niegan a pagar sus cuotas hipotecarias y piden la devolución de sus préstamos, gigantes como Evergrande afrontando serias dificultades para cumplir con sus deudas. Estos son sólo algunos de los síntomas de que el sector, que según algunas estimaciones ha contribuido a un cuarto del PIB nacional durante la última década, podría estar enfrentando problemas estructurales.
A nadie se le escapan las consecuencias globales que podría tener una crisis inmobiliaria en China. Una ralentización aún más severa del crecimiento económico chino generaría una onda expansiva que se sentiría en todo el mundo, dado el tamaño de la economía del país y su integración en las cadenas mundiales de valor.
En esta edición de “China en Profundidad” analizaremos si el sector inmobiliario chino atraviesa un simple bache o bien, como ocurrió en muchas economías desarrolladas en 2008, estamos ante un fin de fiesta. Nos preguntaremos qué medidas puede tomar el gobierno chino para evitar (o amortiguar) un posible “crash” y reflexionaremos sobre los efectos que dicho frenazo podría tener en el resto del mundo.