La definición de una estrategia común sobre China es uno de los principales retos que afronta la Unión Europea en la articulación de su política exterior. La construcción de un consenso respaldado por todos los estados miembros requiere de un exhaustivo y delicado debate sobre oportunidades, riesgos, espacios de encuentro y líneas rojas.
¿Cómo incrementar la cooperación económica con China sin incurrir en dependencias críticas? ¿En qué áreas conviene colaborar con China y en cuáles no? ¿Qué posición debe tener la Unión Europea en la creciente dinámica de confrontación entre Washington y Pekín? ¿Cómo debería actuar Europa en un hipotético conflicto en el Estrecho de Taiwán?
Estas son sólo algunas de las preguntas que deberá afrontar la Unión Europea en los próximos años, en un probable contexto de tensión entre Estados Unidos y China. De su respuesta dependerá, en gran medida, el éxito de Bruselas en su intento por constituirse como un actor global influyente.