El pasado mes de marzo el Gobierno de China aprobó la nueva Ley de Inversión Extranjera, que entrará en vigor a partir del 1 de enero de 2020. Su objetivo es estimular y liberalizar la inversión extranjera en el país asiático, así como derogar el actual marco legal de las empresas de inversión extranjera (FIEs), vigente desde 1979.
Dicho marco incluye las leyes “Sino-Foreign Equity Joint Venture Law”, “Sino-foreign Cooperative Joint Venture Law” y “Law on Wholly Foreign Owned Enterprises”, así como las correspondientes reglas administrativas y regulaciones relacionadas con FIEs (en conjunto, “Leyes FIE”).
Por este motivo, la oficina de China de la firma jurídica Garrigues ha elaborado un documento que analiza los aspectos esenciales de la nueva normativa. Entre otros temas, estudia qué se considera inversión extranjera en China, las prohibiciones o restricciones a la inversión extranjera en determinadas industrias, el establecimiento de zonas económicas especiales, etcétera.
Asimismo, el informe destaca que la nueva ley reforzará la protección de la propiedad intelectual de los inversores extranjeros, y clarifica alguno de los puntos esenciales a este respecto.
En sus conclusiones, el informe de Garrigues señala que, si bien su presentación “ha generado cierta incertidumbre”, la nueva Ley de Inversión Extranjera “reitera el estímulo y la protección de la inversión extranjera” y actualiza los sistemas de información y revisión de seguridad para los inversores, y espera que vaya apareciendo legislación complementaria para resolver los aspectos que el nuevo texto no deja totalmente claros.