Este texto es una transcripción, resumida y editada, del episodio 9 del podcast «Descifrando China». Hablamos con Jaime Santirso, corresponsal de ABC en Pekín, sobre la postura de China sobre la guerra de Ucrania cuando se cumple un año del conflicto.
La posición de China, un año después
Pregunta: Hace algo más de 12 meses, cuando comenzó la invasión de Ucrania, una de las grandes incógnitas, uno de los grandes temas, como he dicho, era qué posición mantendría China. ¿Cuáles crees que han sido esas coordenadas, con la perspectiva que da el tiempo?
Respuesta: Creo que la posición de China ha sido consistente en su inconsistencia. Porque China se ha encontrado a lo largo de este último año ante un conflicto de impacto mundial, que a la vez le resulta profundamente ajeno en relación con sus prioridades estratégicas, pero al mismo tiempo pone en tensión principios de acción en cierto modo contrarios entre sí.
Por un lado está la relación con Rusia, su propia relación con Occidente, y el principio de la integridad territorial como un punto clave de su política exterior desde hace décadas por interés propio. Estas tres cuestiones se han convertido de alguna manera en insostenibles al mismo tiempo, o al menos en algo realmente complicado. Es ese equilibrio el que China ha tratado de mantener a lo largo de este año con más o menos éxito.
China mantiene una equidistancia que en realidad esconde un apoyo implícito a Rusia
Jaime Santirso, corresponsal de ABC en Pekín
A mí me gusta caracterizar la posición de China como una equidistancia que en realidad esconde un apoyo implícito a la actividad de Rusia. Pero hay también una cuestión que para mí es muy importante: China es una potencia global, la segunda potencia global, y realmente su palabra es hoy más importante que nunca. Y eso explica por qué hay tanta atención puesta a su reacción.
Y en cierto modo la respuesta de China a este conflicto, que todavía no es definitiva, es la que puede configurar un nuevo escenario a partir de un espectro que comprende desde una Rusia completamente aislada y empujada a la mesa de negociación por su mayor apoyo, que no aliado, hasta un enfrentamiento militar explícito que involucra a las cuatro primeras potencias globales, lo cual sería sin duda un escenario desastroso y para el que hay movimientos en cuya dirección apunta.
¿Un verdadero plan de paz?
Pregunta: Hace apenas un par de semanas hemos visto cómo la posición china se plasmaba en un documento, coincidiendo con el primer aniversario de la invasión, una propuesta de 12 puntos para plantear una resolución del conflicto. ¿Qué opinas de esta propuesta? ¿Crees que es un verdadero plan de paz?
Respuesta: Creo que hay que ser escrupuloso con la terminología y en realidad este documento no es un plan de paz, por más que así lo hayan recogido muchos medios internacionales, expresando más una aspiración que una realidad. Este documento, que no es un plan de paz porque carece de propuesta específica alguna, es más bien un compendio de la posición actual de China en este momento.
Esto no quiere decir que no sea algo bueno, al menos a ojo de la comunidad internacional, porque viene a probar por un lado que China aspira o pretende adoptar una posición más activa ante un conflicto que está enquistado, lo cual era algo que nadie esperaba en el primer momento.
Y al mismo tiempo, por ende, Ucrania lo ha recibido como algo también positivo, aunque se ha expresado al respecto de manera diplomática, que valora esa participación, pero también sin llevarse a engaño con el hecho de que China, de nuevo, no es un poder neutral. Hay muchas maneras de demostrar esa tesis. Una de las principales es que Xi Jinping es uno de los líderes internacionales que no ha hablado en ningún momento con Zelensky, mientras que sí que ha mantenido muchas reuniones, incluido en persona, con Putin a lo largo de este año.
China aspira a una posición más activa en un conflicto enquistado
Jaime Santirso, corresponsal de ABC en Pekín
Desde el punto de vista de la comunidad diplomática, aquí en Pekín, es algo de lo que se ha hablado mucho estas últimas semanas y la posición general también es verlo como algo que, de nuevo, no es un plan de paz, no es esa intervención de China que las esperanzas más optimistas dibujaban, pero sí que es un paso adelante, es una plasmación de sus argumentos y, como comentaba un diplomático europeo con el que hablaba el otro día, que enfrenta a China sus contradicciones, esas contradicciones de las que hablábamos en la primera pregunta, porque el punto inicial del documento es el reconocimiento de la soberanía.
Y esto por más que las tropas rusas estén hoy, como han estado a lo largo del último año, en suelo ucraniano, en lo que a todas luces es una invasión, pese a que China en ningún momento ha aceptado caracterizar lo que sucede en Ucrania como tal. Y, de nuevo, eso también es muy representativo.
Alineación de intereses
Pregunta: Aludías antes a que China está en cierto modo en sintonía con Rusia, pero que no es una verdadera aliada. Te pediría que elaboraras un poco más sobre esta noción.
Respuesta: China y Rusia tienen una alineación de intereses. No son países que estén dispuestos a asumir un coste por la acción del otro, sino que sus intereses en la comunidad internacional son compartidos de manera circunstancial. En ese sentido, la cuestión principal es el rechazo de la universalidad de los valores occidentales del modelo democrático como algo hegemónico. Y, por tanto, entre las dos tratan de hacer espacio para lograr una mayor aceptación.
Pero, al mismo tiempo, también su posición respecto a este status quo global es muy diferente. China es el gran beneficiado de la arquitectura global y así lo ha sido a lo largo de las últimas décadas. Y si su economía ha crecido al ritmo que ha crecido, ha sido precisamente a raíz de una mayor involucración en la comunidad y en la economía global. Rusia, en cambio, es un perdedor. Y, de hecho, su invasión de Ucrania, en cierto modo, lo que hace es dinamitar esas convenciones que más o menos suponen el marco de la geopolítica global. Y esto nos arrastra o nos devuelve a un contexto militarizado.
China no quiere que su país más próximo salga completamente humillado de este conflicto
Jaime Santirso, corresponsal de ABC en Pekín
En ese sentido, yo creo que eso es algo que es muy importante entender de la posición china. China no quiere que su país más próximo salga completamente desestabilizado y humillado de este conflicto. Pero que esté dispuesta a ayudar a Rusia, en mayor o menor medida, no quiere decir que esté dispuesta a hacerlo a cualquier precio. Y el mejor ejemplo de eso es el hecho de que China ha respetado las sanciones que la comunidad internacional ha impuesto contra Rusia. Lo cual no es algo que, de nuevo, hace un año se hubiera podido dar por sentado.
En cierto modo, Rusia ha colocado a China en la posición de elegir entre Rusia u Occidente. Y China trata de no ofrecer una respuesta definitiva en esa disyuntiva en la que claramente no tiene nada que ganar.
El papel de China ante las sanciones
Pregunta: ¿Ha sido China un factor de amortiguación para las sanciones occidentales?
Respuesta: Sí, pero es muy importante tener claro el punto de partida. China ha respetado las sanciones de la comunidad internacional, lo cual es muy significativo. Una vez dicho eso, sí que es verdad que uno de los elementos que son más útiles a la hora de retratar ese apoyo implícito son sus lazos comerciales. La maquinaria de guerra rusa está financiada en gran medida por sus transacciones con China.
China sostiene la economía rusa hoy mucho más de lo que lo hacía hace un año. Sus lazos comerciales han crecido un 34% de 2001 a 2022, hasta los 180.000 millones de euros, que es un máximo histórico. Pero además es un máximo histórico que viene de un máximo histórico previo el año anterior, porque también había crecido un 35%. Y son unos lazos, de nuevo, que son bidireccionales.
Los lazos comerciales entre China y Rusia han crecido a un máximo histórico
Jaime Santirso, corresponsal de ABC en Pekín
No solo son las exportaciones de Rusia a China las que crecen, sino también las exportaciones desde China a Rusia. Porque la economía china y sus bienes sirven de sustitución para todos aquellos productos que Rusia ya no puede traer de Occidente. Pero sin duda el gran polo de acción son las exportaciones de Rusia a China, que son en su gran mayoría energía. Porque Rusia y China tienen dos economías muy complementarias y lo que aporta Rusia a China son materias primas, fundamentalmente energía.
Y esas, sin duda, son las partidas que más se han disparado en esos lazos comerciales. Y además lo han hecho, y eso es importante, porque Rusia ha vendido esos productos a precios rebajados para, digamos, amortiguar toda esa cantidad que se deja de comerciar con Occidente. Y es algo de lo que China se ha beneficiado. De hecho, de nuevo, son las partidas de gas natural, de petróleo, de carbón: las tres han subido mucho.
Es una práctica que no solo ha hecho China, porque esos combustibles rebajados también es algo de lo que otros países como India se han aprovechado. Pero la realidad es que, sin vulnerar ninguna de las sanciones, por resumir, China está sosteniendo la economía rusa a diario. Y eso es algo que no va a cambiar.
Armamento y la posibilidad de una escalada
Pregunta: Otra de las principales preocupaciones del llamado bloque occidental es la posibilidad de que China intervenga de manera militar. Hemos visto que Estados Unidos acusa a China más o menos abiertamente de considerar esta opción. Pekín lo ha negado. La Unión Europea, por voz de su máximo diplomático, Josep Borrell, ha apuntado hace poco que de momento no ha visto indicios. ¿Qué hay de verdad en todo esto?
Respuesta: Es una cuestión en la que es muy complicado tener información más allá de la que voluntariamente se coloca en la esfera pública. Estados Unidos ha sido muy tajante en su afirmación de que tienen pruebas de que China está considerando el suministro de armas a Rusia. Pruebas que no ha proporcionado, pero al mismo tiempo esto es interesante porque enlaza con una actitud de transparencia de la inteligencia que Estados Unidos ha venido poniendo en práctica desde el principio de la invasión rusa como una manera de advertencia.
Y también de advertencia en este caso hacia China, y como una llamada a la reacción de la comunidad internacional con la idea de que estos dos fenómenos actúen como un freno. La publicación alemana Der Spiegel hablaba en los últimos días de la posibilidad de que esas armas serían drones de uso dual, se exportarían como bienes de uso civil, pero que también se podrían usar para fines militares. Y lo que es interesante también es la reacción de Borrell, que como tú mencionabas también ha sido muy tajante.
Si China suministrara armas a Rusia, nos colocaría mucho más cerca de un conflicto militar explícito
Jaime Santirso, corresponsal de ABC en Pekín
Comentaba haber hablado con Wang Yi, el jefe de la diplomacia china, quien había sido muy claro, muy firme a la hora de rechazar esa posibilidad, incluso a futuro. Lo cual, aunque no deja de ser una conversación interpersonal, sería el tipo de mentira, si lo fuera, que realmente sería tóxica para el ambiente de confianza que las relaciones entre grandes potencias requieren.
Además, si China suministra esas armas a las que hablábamos antes, nos colocaría mucho más cerca de un conflicto militar prácticamente explícito. Y sería una situación dramática, peligrosa para el mundo y que también dañaría sin duda, prácticamente a perpetuidad, las relaciones de China con la Unión Europea.
Las relaciones entre Pekín y Bruselas
Pregunta: Estamos viendo signos desde hace semanas de que China ha iniciado una ofensiva diplomática para destensar un poco las relaciones con la Unión Europea, que sin ser tan espinosas como las que tiene con Estados Unidos, sí que es cierto que llevaban unos meses con una serie de asperezas. Hemos visto el reciente tour de Wang Yi por Europa para participar en la conferencia de seguridad de Múnich, también paradas en capitales como Roma, Berlín, París. Incluso hemos visto una propuesta china de resucitar el acuerdo de inversiones, de sacarlo del congelador por la vía de levantar simultáneamente las sanciones que cada parte tiene impuestas sobre la otra. ¿En qué medida afecta la posición china sobre Ucrania a las relaciones con Bruselas?
Respuesta: Encuadraría esos movimientos diplomáticos que tú señalabas en un contexto general de reactivación. China es un país que ha estado prácticamente tres años aislado del resto del mundo y que ahora trata de representar ese regreso, esa vuelta al mundo. Y lo hace tratando de aplacar o suavizar tensiones que son enormes, prácticamente sin precedentes en la relación con Europa, pero sobre todo con Estados Unidos.
Ha habido muchos gestos para reconducir esa relación, los cuales se han visto abortados por el episodio del globo y demás. Pero si quieres, respondiendo tu pregunta de una manera más específica sobre el contexto de la Unión Europea, la reacción de China, en primer lugar, esa supuesta equidistancia y, por ejemplo, su incapacidad de condenar la guerra o de siquiera calificarla como tal, es algo que crea muchísima desconfianza en la Unión Europea.
Para la Unión Europea, este conflicto tiene un carácter existencial
Jaime Santirso, corresponsal de ABC en Pekín
Y yo creo que hay una cuestión de raíz, que es que China tiene una equivocación de planteamiento. El gobierno chino está tan imbuido en la política de bloques y en la hostilidad, y además sus circuitos de información son tan internos, ha pasado tanto tiempo aislada, ha habido tan poco intercambio, que realmente su gobierno no entiende que la invasión de Ucrania es un conflicto en esencia europeo, no es un conflicto estadounidense.
Al final, para la Unión Europea esto es un conflicto existencial. Este es el adjetivo que usaba el embajador de la Unión Europea aquí en Pekín, la semana pasada, cuando China publicó su documento con respecto a la guerra de Ucrania. Es un conflicto existencial, pero además está en sus fronteras. Es un conflicto en el que Estados Unidos está ayudando a Europa, no al revés. Entonces, en su fijación de crear una división, o más que una división, un espacio que le permita maniobrar en términos diplomáticos entre Estados Unidos y la Unión Europea, esas llamadas a la hostilidad con respecto a Estados Unidos o a exigir que Europa tenga su autonomía estratégica, lo cual es una exigencia muy condescendiente, casi insultante.
Cuando Wang Yi va a la cumbre de seguridad de Múnich en esa gira europea a la que hacía referencia, pronuncia un discurso durísimo contra Estados Unidos, que realmente deja a la sala en una situación muy incómoda, porque precisamente en el evento anterior se habían celebrado esos lazos entre Estados Unidos y la Unión Europea, y cómo había habido una especie de despertar en la seguridad occidental en este conflicto.
Creo que la ausencia de circuitos de información hace que China tenga una perspectiva sobre la guerra de Ucrania que es en esencia equivocada. Y yo creo que eso puede llevarles a tomar decisiones que desde Europa no se van a entender, porque lo que está en juego realmente, para usar de nuevo ese adjetivo, es una cuestión existencial para la Unión Europea.
El eje China-Rusia y el mundo de mañana
Pregunta: ¿Cómo crees que va a evolucionar el eje Pekín – Moscú y qué consecuencias crees que puede tener en el sistema global de equilibrios, contrapesos, alianzas y enemistades?
Respuesta: El eje Moscú-Pekín lo constituyen dos pilares de una relación triangular que tiene el tercer y último vértice en Washington, que ha configurado la segunda mitad del siglo XX, después de la Segunda Guerra Mundial, y lo que llevamos del XXI.
La República Popular China no se puede explicar desde su concepción sin la Unión Soviética, primero en la fundación del Partido Comunista, luego en la transferencia de conocimiento en la fundación de la República Popular en el 49, del mismo modo que la ruptura sino-soviética es un elemento, uno de los factores clave para explicar la caída de la Unión Soviética, y que a su vez viene motivado por el establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y Estados Unidos.
Y es, al mismo tiempo, ese establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y Estados Unidos lo que introduce a China en la comunidad global, y por tanto sienta las bases del desarrollo económico vertiginoso que ha llevado a esta situación. Entonces, lo que estamos viendo es muy interesante porque es un momento en el que esos dos puntos del triángulo se acercan. Se acercan con todo ese bagaje de esa historia complicada, convulsa, incluso con conflictos territoriales, muy cerca de enfrentamientos militares en los 70, y es además una relación en la que la distribución de fuerzas ha cambiado de manera radical.
La asimetría es creciente, y desde luego la invasión rusa de Ucrania y la consecuente reacción internacional ha acelerado su proceso aún más. Los académicos chinos acostumbran a remarcar el hecho de que Rusia es una economía similar a la de la provincia de Guangdong, lo cual es muy representativo. Ese momento tan convulso que la invasión rusa de Ucrania ha generado pone en peligro también un poco el mundo que todavía juega a favor de los intereses de China.
China necesita que Rusia encuentre una salida intermedia, lo que es complicado por ser un conflicto maximalista
Jaime Santirso, corresponsal de ABC en Pekín
Y también subraya las diferencias entre ambos, que no hay una correspondencia absoluta entre sus reclamaciones. En ese sentido me parece muy llamativo, muy significativo, recordar que China, por ejemplo, no reconoce la soberanía de Rusia sobre Crimea. Del mismo modo que Rusia tampoco reconoce la línea de nueve puntos de China en el Mar Meridional de China. Entonces, esa simetría va a seguir y se va a profundizar, sobre todo en función de lo que pase con este conflicto. Esto es muy complejo desde una posición china porque en ciertos sentidos es beneficioso y en otros todo lo contrario, como hemos venido tratando de retratar en esta conversación.
China necesita que Rusia encuentre una salida intermedia, lo cual es realmente muy complicado porque es un conflicto muy maximalista en sus ambiciones y en una perspectiva moral. Y se ha convertido en una cuestión existencial tanto para Rusia como para Ucrania.
En esencia, es un conflicto global. Es muy importante, no se puede tener una concepción absoluta sin entender la posición de China al respecto, lo cual es una de las grandes novedades de la geopolítica en términos históricos. Realmente no se puede tener un conocimiento global sin entender lo que pasa en China. Y pase lo que pase, China tendrá que tener una voz más o menos explícita pero sin duda sustancial en esa resolución del conflicto, que todos esperamos que ocurra lo antes posible.